Ante la creciente ola de asaltos, robos, hurtos y otros tipos de atentados contra la propiedad debemos estar prevenidos y preparados.
Por lo general todos tenemos en claro los conceptos esenciales de la seguridad y las acciones que debemos tomar para no ser sorprendidos por quienes intentan apropiarse de lo que nos pertenece. Eso está bien porque evitará malas experiencias y tristes acontecimientos que no se superan fácilmente y dejan secuelas sicológicas.
Lo que muchos no conocen, o no tienen en cuenta, son aquellas cosas que no debemos hacer, y que son las que nos llevan a ser víctimas de este tipo de accionar delictivo.
Principalmente, NO debemos llamar la atención. Aquéllos que hacen ostentaciones innecesarias de sus posesiones y pertenencias son los primeros en la lista de candidatos a ser robados. Tengan en cuenta que si alguien entra a robar a algún lugar, lo hará con la plena seguridad de que encontrará objetos de valor y dinero, no se arriesgará si no está convencido de que así sea.
También NO debemos confiar en nuestra memoria. Antes de salir controlar, todas las veces que sean necesarias, si las puertas y ventanas están cerradas y trabadas y, en el caso de tenerlos, asegurarse que todos los dispositivos de seguridad funcionan perfectamente y están conectados. Ante cualquier duda, volver a repasar todos los procedimientos sin considerarlo una pérdida de tiempo.
Es fundamental NO dejar nada que despierte la curiosidad de quienes andan a la pesca de un leve descuido para introducirse a robar.
También cuando estacionamos nuestro vehículo, sin importar en qué lugar sea, NO debemos dejar a la vista objetos de valor (celulares, cámaras fotográficas, radios, computadoras portátiles, maletines, carteras, billeteras, etc.) y todo lo que pueda inducir al ladrón a romper los cristales o forzar las puertas. NO pensar que, porque el vehículo posee alarma, los amigos delo ajeno dejarán de, por lo menos, intentar cometer sus fechorías. Si es algo que está muy a mano tratarán de llevárselo antes de que el propietario reaccione por el sonido de la alarma.
NO confiar plenamente en el tan promocionado bloqueo central de las puertas, en oportunidades suele fallar, por lo tanto siempre hay que probar si realmente todas las puertas del automóvil están cerradas. Insistimos en que no es una pérdida de tiempo sino algo que puede ayudarnos a estar más tranquilos.
En los semáforos NO detenerse sin haber trabado las puertas y levantado los cristales y NO distraerse. NO les facilite el maniobrar a este tipo de personas.
Estas recomendaciones fueron elaboradas por los componentes de nuestro equipo en base a experiencias personales y a datos recabados entre personas conocidas que sufrieron algún tipo de ataque. Si ustedes entienden que existen más indicaciones no duden en hacérnoslas llegar. MGT/09
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